Qué son los cultivos energéticos
Desde certific.es queremos explicar en qué consisten los cultivos energéticos, qué son los cultivos energéticos y cómo podemos aprovecharlos.
Definición de cultivos energéticos
Los cultivos energéticos son aquellos cuya producción principal se destina a la obtención de biomasa, y la transformación de ésta en productos energéticos de fácil utilización en los sistemas convencionales, en sustitución de los combustibles tradicionales.
Incluyendo aquellos que se utilizan fundamentalmente en la producción de los siguientes productos energéticos:
1.- Biocarburantes
Los biocarburantes son:
Bioetanol, Biodiésel, Biogás, Biometanol, Biodimetiléter, BioETBE, BioMTBE, biocarburantes sintéticos, biohidrógeno y aceite vegetal puro.
2.- Energia térmica y eléctrica producida a partir de biomasa.
El desarrollo de estos cultivos energéticos dependerá de los siguientes factores:
- Evolución de los precios y seguridad de abastecimiento de los combustibles fósiles.
- Identificación de las especies vegetales adecuadas para la producción de biomasa en las tierras agrícolas disponibles-
- Puesta a punto de las tecnologías necesarias para hacer competitiva la producción de biocombustibles.
- Interés de la sociedad por la conservación y protección del medio ambiente.
Establecimiento de una politica adecuada para estimular agricultor y al industrial a desarrollar esta actividad.
Entre las características ideales que deben cumplir los cultivo energéticos dedicados a la producción de biomasa destacan:
- Tener altos niveles de productividad en biomasa con bajos costos de producción, de tal forma que hagan viable económicamente la producción de biocombustibles en relación a los combustibles de origen fósil.
- Posibilidad de desarrollarse en tierras marginales, retiradas de la producción de almentos o en terrenos agricolas marginalizados por falta de mercado para los productos tradicionalmente cultivados.
- Requerimiento de maquinaria agrícola convencional, normalmente disponible por los agricultores, utilizable también para otros cultivos propios de la zona.
- Tener un balance energético positivo, es decir, que la energía neta contenida en el biocombustible producido sea superior a la gastada en el cultivo y en la obtención de los biocombustibles.
- Posibilidad de recuperar fácilmente las tierras después de finalizado el cultivo energético para realizar otros cultivos, si las condiciones socioeconómicas así lo aconsejaran.
Adecuación de la naturaleza de la biomasa producida para su utilización como materia prima para fabricación de biocombustibles o biocarburantes.
Las producciones de biomasa obtenídas por los cultivos energéticos son básicamente dos, semilla y biomasa lignocelulósica (paja, cañote, madera).
Tecnológicamente, se pueden utilizar ambas para las tres aplicaciones energéticas posibles: biocarburantes y usos térmicos o eléctricos aunque en la práctica real es más usual que la semilla se destine a la producción de biocarburantes, y la biomasa lignocelulósica (paja, cañote, madera) se destine a la producción de energía térmica y eléctrica.
En la siguiente tabla se muestran los cultivos energéticos más conocidos en el ámbito nacional, así como las biomasas obtenidas de cada uno.
Clasificación de los Cultivos Energéticos
Una clasificación básica de los cultivos energéticos puede ser:
- Cultivos herbáceos: o herbáceos energéticos:
Cardo (Cynara cardunculus), colza etíope (Brassica carinata), sorgo (Sorghum spp) o herbáceos tradicionales: cereales y oleaginosas.
- Cultivos arbóreos:
Chopo (Populus spp), sauce.
1.- Cultivos herbáceos. Herbáceos energéticos
En esta clasificación se incluyen el cardo (Cynara cardunculus), la colza etíope (Brassíca carinata) y el sorgo (Sorghum spp), tal y como señalamos anteriormente.
2.- Cultivos herbáceos. Herbáceos tradicionales:
Incluidos en esta denominación y destinados a usos energéticos están los cereales y las oleaginosas:
2.1.- Cereal:
Principalmente cebada, destinada a la producción de etanol para su uso como biocarburante, tanto el grano como la paja que
genera. También se pueden incluir en este grupo el trigo y el maíz.
2.2.- Oleaginosas:
Girasol y colza enfocados a la obtención de biodiésel.
Estos cultivos están regulados por el reglamento CE nº 251/99, (CE) 1782/2003 y demás mormativa comunitara y nacional de aplicación en la que se establecen las superficies, precios, condiciones de cultivo y pagos por superficie.
3.- Cultivos arbóreos
Las características más importantes que deben cumplir las especies arbóreas para su desarollo como cultivo energético son:
- Facilidad de enraizar las estaquillas.
- Rápido crecimiento inicial.
- Alta capacidad de rebrote y larga duración de las cepas.
- Máxima adecuación a las caracteristicas edafaiógicas (riego, tratamiento).
- Resistencia a enfermedades y plagas.
- Alta capacidad de producir biomasa.
Los cultivos energéticos arbóreos han tenido una gran implantación en el norte de Europa, existiendo una gran información al respecto.
Las producciones de de cultivos forestales de corta rotación se detallan a continuación:
- Eucalíptico de 10 a 15 tms/ha año.
- Chopo de 12 a 20 tms/ha año.
- Sauce de 8 a 15 tms/ha año.
- Robinia de 6 a 15 tms/ha año.
- Conífera de 5 a 6 tms/ha año.
- Ailanto de 6 a 15 tms/ha año.
- Acacia de 4 a 12 tms/ha año.
De forma general, los cultivos energéticos pueden ofrecer las siguientes ventajas frente a los residuos:
- Mayor producción por unidad de superficie.
- Posibilidad de utilizar las tierras retiradas de la producción de alimentos sin perder por ello el derecho a la subvención de la Politica Agraria Comunitaria (PAC).
- Posibilidad de controlar el coste de producción y la rentabilidad del cultivo.
- Aumento del empleo y contribución a la fijación de la población en el medio rural.
- Mejoras de tipo medioambiental, tales como captación del CO2, protección de la erosión del suelo y aumento de su contenido en materia orgánica, refugio para la fauna silvestre, etc.
Entre los inconvenientes que puede presentar este tipo de cultivos cabe citar:
- Necesidad de búsqueda de nuevos cultivos distintos de los tradicionales, ya que éstos han sido seleccionados para fines alimenticios o industriales, pero no energéticos. Será necesario emprender trabajos de domesticación y mejora genética cuando se trate de adaptar especies silvestres.
- Falta de experiencia del agricultor y de los técnicos del sector agrícola en este tipo de cultivos. Al tratarse de nuevos cultivos, es posible que haya que poner a punto técnicas especificas de cultivo y prever la necesidad de estudiar posibles nuevas plagas y enfermedades que aparezcan.
- Dependencia de las condiciones climatológicas y sus fluctuaciones (también la industria hidroeléctrica depende de este factor).
- Producciones estacionales y, por ende, necesidad de almacenar la biomasa para garantizar el suministro durante todo el año o
combinar distintos tipos de cultivos o de cultivos y residuos.
- En caso de minifundios, dificultad de establecer contratos con numerosos agricultores.
- Desconocimiento de la problemática del sector agrícola por parte de la mayoría del sector energético y, por tanto, prevención por parte de este último al entrar en una actividad desconocida.
- Falta general de iniciativas del sector agrícola en este campo, tanto en el ámbito público como en el privado.
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