Es la pregunta del millón de muchos de nuestros clientes en Málaga que poseen una vivienda turística.
Con el primer Real Decreto de la Certificación Energética allá por el 2013 ya indicaba la obligatoriedad de disponer del certificado energético para aquellas viviendas en alquiler o en venta.
Pero en el caso del alquiler, había una excepción, que en los casos que una vivienda se alquilará por menos de 4 meses al año, mediante una declaración responsable del propietario quedaba exencto de realizar el certificado energético. Pero actualmente ¿es obligatorio el certificado energético para viviendas destinadas a alquiler turístico?
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El certificado energético es un documento oficial que evalúa la eficiencia energética de una vivienda.
Este certificado se obtiene tras la realización de una inspección en la vivienda por parte de un técnico certificador y proporciona una calificación que va desde la letra A (más eficiente) hasta la G (menos eficiente).
El objetivo principal del certificado energético es promover la mejora de la eficiencia energética y reducir el consumo de energía en los hogares.
En el caso de las viviendas turísticas, el certificado energético es especialmente relevante. Estas propiedades suelen ser alquiladas a corto plazo a turistas, y la eficiencia energética puede ser un factor decisivo para los inquilinos.
Además, desde la implementación del Real Decreto 390/2021, es obligatorio que todas las viviendas destinadas al alquiler turístico dispongan de este certificado.
La obligatoriedad del certificado energético para las viviendas turísticas está regulada por el Real Decreto 390/2021, que establece las condiciones y el procedimiento para la certificación de la eficiencia energética de los edificios.
Además, el Real Decreto Legislativo 7/2015, de 30 de octubre, que aprueba el texto refundido de la Ley de Suelo y Rehabilitación Urbana, también contiene disposiciones relevantes sobre la eficiencia energética en edificios.
Estos marcos legales tienen como objetivo fomentar un uso más racional de la energía y contribuir a la lucha contra el cambio climático mediante la reducción de las emisiones de CO2.
Cualquier propietario que quiera alquilar su vivienda turística está obligado a obtener un certificado energético.
Esto incluye tanto a aquellos que alquilan sus propiedades a través de plataformas online como a aquellos que lo hacen de forma directa.
La normativa es clara: sin un certificado energético en vigor, no se puede publicitar ni alquilar legalmente una vivienda turística.
Para obtener el certificado energético, el primer paso es contactar con un técnico certificador autorizado.
Este profesional llevará a cabo una inspección de la vivienda para evaluar diversos factores que afectan su eficiencia energética, como el tipo de construcción, los materiales utilizados, los sistemas de calefacción y refrigeración, entre otros.
El técnico certificador recopilará toda la información necesaria durante su visita y, posteriormente, elaborará un informe detallado que incluirá:
Una vez elaborado el informe, este debe ser registrado en el organismo competente de la comunidad autónoma correspondiente y en algunos casos habrá que pagar una tasa de inscripción, como en Andalucía.
El registro es un paso crucial, ya que solo un certificado registrado es válido para los fines legales y puede ser utilizado en la promoción y alquiler de la vivienda.
El coste del certificado energético puede variar en función de varios factores, como el tamaño de la vivienda, su ubicación y las tarifas del técnico certificador.
Generalmente, el precio oscila entre los 50 y 100 euros, según ubicación y superficie construida, a lo que habría que añadir IVA y TASAS.
El certificado energético tiene una validez de 10 años si la calificación es superior a la letra G, sino será de 5 años.
Pasado este periodo, es necesario renovarlo para seguir cumpliendo con la normativa.
Además, si se realizan reformas significativas en la vivienda que puedan afectar su eficiencia energética, es recomendable actualizar el certificado.
El principal beneficio, sin duda, es evitar multas y sanciones, ya que, como hemos comentado las viviendas turísticas están obligadas a obtener el certificado de eficiencia energética.
Un certificado energético con una calificación alta (A o B) puede ser un factor atractivo para los potenciales inquilinos.
Los turistas son cada vez más conscientes de la importancia de la sostenibilidad y la eficiencia energética, y prefieren alojarse en viviendas que les permitan reducir su consumo de energía y, por ende, su impacto ambiental.
Una vivienda con una buena calificación energética no solo es más respetuosa con el medio ambiente, sino que también es más económica para sus ocupantes.
Una mayor eficiencia energética se traduce en facturas de energía más bajas, lo cual es un punto a favor tanto para los propietarios como para los inquilinos.
Tener un certificado energético con buena calificación puede incrementar el valor de la propiedad en el mercado.
Los compradores y arrendatarios potenciales tienden a valorar más las propiedades que tienen una buena calificación energética debido a los ahorros y beneficios ambientales que estas ofrecen.
Una de las formas más efectivas de mejorar la eficiencia energética de una vivienda es a través del aislamiento.
Mejorar el aislamiento en paredes, techos y suelos puede reducir significativamente las pérdidas de calor y, por lo tanto, la necesidad de calefacción y refrigeración.
Las ventanas y puertas de alta eficiencia también juegan un papel crucial en la eficiencia energética.
Sustituir ventanas antiguas por otras de doble o triple acristalamiento puede mejorar considerablemente la calificación energética de la vivienda.
Actualizar los sistemas de calefacción y refrigeración a opciones más eficientes puede tener un gran impacto.
Hay que tener en cuenta, que las estancias de las viviendas turísticas deben de estar climatizadas por lo que sistemas como las bombas de calor, calderas de condensación y aire acondicionado de alta eficiencia son inversiones que se reflejan en una mejor calificación energética.
La instalación de sistemas de energía renovable, como paneles solares fotovoltaicos o térmicos, puede aumentar significativamente la eficiencia energética de una vivienda.
Además de mejorar la calificación energética, estos sistemas pueden reducir la dependencia de fuentes de energía no renovables y disminuir los costes energéticos a largo plazo.