En un anterior artículo vimos los principales motivos de un certificado energético G.
En este artículo vamos a explicar cómo se puede solucionar un certificado energético G. Para ello, habrá que hacer una inversión económica (mayor o menor) dependiendo de los motivos del certificado energético G, pero que a medio-largo plazo redundará en ahorro energético y por ende en ahorro económico además de mejorar el confort de la vivienda.
Las causas principales de que una vivienda tras realizar la inspección para el certificado energético por los motivos que es obligatorio realizar (en caso de venta o alquiler del inmueble) su resultado es una calificación G, se debe principalmente a los siguientes factores:
Es habitual que ciertas viviendas cuyo sistema de ACS sea mediante un termo eléctrico obtenga como resultado un certificado energético G.
Las causas son o bien, que el termo eléctrico es de gama baja (tiene poco aislamiento térmico) y por tanto más consumo energético o el termo está sobredimensionado, tiene demasiada capacidad para las dimensiones u uso de la vivienda.
También es motivo de certificado energético G, aquellas viviendas cuya calefacción se basa en radiadores eléctricos colgados en pared, o suelos radiantes eléctricos.
Las viviendas con mala orientación, también pueden tener penalización en el certificado energético y junto más factores pueden influir notablemente en que el resultado final sea G.
Viviendas que sus ventanas o fachadas reciban poco sol o demasiado repercuten en mayor gasto de calefacción o refrigeración.
Vivienda con ventanas antiguas (metálicas, de aluminio o madera) poco estancas y con vidrios simples, son un coladero de frío y calor además de ruidos.
Si además son construcciones de antes de 1977, en la que los muros exteriores no tienen cámara de aire ni aislamiento térmico, son motivos suficientes para poder obtener un certificado energético G.
Si la vivienda es un piso dentro de un bloque de viviendas, los pisos situados en bajos cuyo suelo da hacia el terreno o plantas inferiores con uso de garajes o trasteros y pisos situados en última planta, áticos, cuyo techo es la cubierta del edificio, al disponer de mayor envolvente térmica, es decir, mayor superficie de muros, suelos y techos en contacto en el exterior, terreno o espacios no habitables, tienen mayores pérdidas energéticas, por lo que aumenta el gasto energético para mantener el confort, también puede ser origen de un certificado energético G.
Si el problema de haber obtenido un certificado energético por tener como sistema de ACS un termo eléctrico de gama baja, se puede llegar a subir de una o dos escalas en la calificación energética sustituyendo este termo por otro de gama más alta.
Para ello, habrá que buscar un termo eléctrico acorde a nuestras necesidades y con un espesor de alisamiento térmico mediante espuma de poliuretano mínimo de 3 centímetros o 30 mm.
También nos podemos fijar en la dispersión térmica del termo eléctrico.
Contra menor sea este valor, más eficiente será el termo eléctrico y menor gasto de consumo energético, como se puede apreciar en la imagen anterior, la relación entre una menor dispersión térmica y mejor clase energética del termo eléctrico.
También, si hay opción, se puede sustituir el termo eléctrico por una caldera de condensación para gas natural o instalación de aerotermia para el ACS.
Lo mismo sucede con la calefacción. Lo ideal sería sustituir la calefacción eléctrica, por calefacción mediante aerotermia (hay sistemas que producen calefacción, refrigeración y acs), o climatización por bomba de calor (preferiblemente invertir), y si hay opción, instalar radiadores de agua caliente o suelos radiantes de agua caliente, alimentados por una caldera de condensación o por aerotermia.
Cambiar las ventanas, por ventanas o bien de aluminio con rotura de puente térmica o ventanas de PVC, y siempre con doble acristalamiento (mínimo) y vidrios bajos emisivos, y en aquellas ventanas muy soleadas incorporación de control solar.
Sobre la incorporación de aislamiento térmico en muros de fachadas, se puede ver el siguiente artículo:
Si la vivienda es una construcción antigua muy probablemente no tenga ningún tipo de aislamiento y para mejorar la envolvente térmica lo mejor es incorporar aislamiento térmico, lo cual se puede hacer desde el exterior, desde el interior y si los muros disponen de cámara de aire, rellenar dicha cámara. Para más información visitar el artículo anteriormente referenciado.
La combinación de mejora de las instalaciones con la mejora de la envolvente térmica va ha hacer que nuestro certificado energético mejore notablemente, además, esta inversión no caerá en saco roto, ya que nuestra vivienda será más eficiente, requerirá menor consumo energético para una óptima condición de confort y aumentará, sin duda, el valor de la vivienda.
También recomendamos, que tanto a nivel nacional, como autonómico o local suelen salir ayudas para la mejora de la eficiencia energética de las viviendas, por lo que antes de acometer cualquier tipo de inversión u obras para la mejora de la vivienda, consultar si hay ayudas tanto para el cambio de ventanas como de instalaciones o cualquier otro tipo de ayudas o subvenciones para la mejora de la eficiencia energética del sector residencial y de las viviendas.
Una vez, que hayas realizado la mejora en tu vivienda, que por otra parte, se recomienda que antes de hacer nada consultes con un profesional que pueda asesorarte la mejor forma y más económica de mejorar tu certificado energético G, podrás encargar un nuevo certificado energético que refleje la realidad del inmueble con las obras o instalaciones de mejora.